martes, 7 de junio de 2011

Rossini: La Urraca Ladrona - Obertura


Al compás de un crescendo rossiniano, se inicia la violencia.
Escena clásica de La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick.

Gioacchino Rossini llevaba apenas un año casado con la cantante de ópera Isabel Colbrand cuando se vio obligado a revisitar la vieja ópera seria de estilo rococó, visto que la Colbrand sólo cantaba óperas serias. El resultado fue Semiramide, de fría acogida, en 1823. La próxima ópera "de verdad" –y la última– será Guillermo Tell, compuesta a los 37 años, en 1829. En los 40 años de vida que le quedan, Rossini no volverá escribir ni una sola ópera.

Mucho se ha especulado sobre la razón última de esta drástica decisión, inédita en la trayectoria vital de un músico. En la cima de su fama y rodeado del esplendor de su gloria, Rossini enmudecerá y abandonará su oficio para siempre.
Cierto es que el trabajo que le demandó la monumental Guillermo Tell fue gigantesco, resultando por momentos una tarea poco menos que odiosa. De modo que no sería raro que el maestro hubiese decidido tomarse un buen descanso después del estreno. A ello hay que sumar que, debido a los sucesos revolucionarios de 1830 en París, fue desvinculado de su puesto como director de la Opera Italiana viéndose forzado a ocupar gran parte de su tiempo en la reclamación de los dineros que se le adeudaban. Y no menor es el tema de su salud, que va a sufrir un severo deterioro a raíz de una enfermedad venérea mal tratada, contraída en la década de 1830.

Instalado en su villa de las afueras de París en 1855, Rossini sólo compondrá –con un par de notables excepciones– pequeñas piezas para piano para regalar a los amigos, luego de haber disfrutado en las mañanas del cultivo de los frutos de la tierra o experimentado con exquisiteces culinarias surgidas de su otra pasión, la gastronomía. Su nueva compañera Olympe Pélissier (fallecida la Colbrand en 1846), afectuosa y servicial, lo cuidará admirablemente hasta el fin de sus días en 1868, sin reclamar para su personal disfrute la composición de arias de ningún tipo.

La Gazza Ladra - Obertura
La obertura de La gazza ladra (La urraca ladrona), ópera en dos actos estrenada en 1817, ha sido utilizada en películas y publicidad de variada índole. Desde luego, fue un gran acierto su incorporación a la banda sonora de La Naranja Mecánica, de Kubrick (el trozo utilizado se escucha aquí a partir del minuto 2:27).
Recurso que para la época no tenía antecedentes, el célebre crescendo rossiniano –la intensidad creciente de las repeticiones de un tema hasta estallar en un estruendo orquestal– se aprecia aquí en toda su sobrecogedora magnitud. La obra comienza, sorprendentemente para la época, con redobles de la caja. Recomiendo, calurosamente, escuchar la obertura a todo volumen.

Un jovencísimo Claudio Abbado dirige la Filarmónica de Berlín, con ocasión, supongo, del tradicional concierto de Año Nuevo.


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4 comentarios :

  1. Gracias Dago por otro interesantísimo artículo, esta vez sobre la vida de Rossini. La inclusión de un video de la insigne orquesta vienesa dirigida por este brillante músico venezolano me hizo apreciar esta obertura (¡y verla!) de otra manera.

    Dices que Rossini sufrió de una enfermedad venérea “mal tratada”, como si entonces hubiese sido posible que fueran bien tratadas. Según los criterios de hoy, en 1830 todas las enfermedades eran deficientemente tratadas…

    Enrique

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  2. Dices verdad, Enríqueles. En aquella época todas las enfermedades eran mal tratadas. Y para muestra un botón:
    "Han venido a verme tres médicos. Uno olió mis escupitajos, el otro me golpeó para saber desde dónde escupía, el tercero me palpó y escuchó cómo escupía. El primero dijo que iba a reventar, el segundo que estaba a punto de reventar y el tercero que ya había reventado...".
    Chopin, desde Mallorca, en carta a un amigo en París. Enero de 1839.

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  3. Gracias por compartir tu inquietud artística Dago. La belleza musical contrasta con la direccion y acoplamiento de la Filarmónica de Berlin. El immortal Maestro Rossin esbosa una sonrisa al oir desde el infinito su música tan bien interpretada y tu preocupacion por inmortalizardo en este artículo. Un abrazo. Fernando<

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  4. Hola, Fernando: ...no siempre me llegan los comentarios por correo. Un saludo y agradecimiento harto tardío por tu comentario.

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