domingo, 5 de octubre de 2014

Glinka: Ruslán y Ludmila - Obertura



El compositor que alguna vez dijo: "La música la hace el pueblo y nosotros los compositores la arreglamos", provenía, sin embargo, de una familia noble, o al menos, acaudalada. En efecto, al momento de nacer Mijaíl Glinka, su padre era un rico militar retirado que vivía con su familia cómodamente instalado en una villa de la gobernación de Smolensk, parte del Imperio Ruso. A lo largo de varias generaciones sus antepasados exhibían una larga tradición de servicio y lealtad a los zares. No por casualidad, entonces, la primera obra con la que Mijail Glinka llamará la atención, una ópera, llevará por título La vida por el zar.

El primer compositor ruso
Tales antecedentes no van a impedir que durante la Rusia soviética, junto a Alexandr Pushkin –"el primer poeta ruso"–, la nomenklatura incluya en la galería de artistas consentidos a Mijaíl Glinka en calidad de "primer compositor ruso". Algo habrá ayudado el aserto progresista ya citado pero en términos generales no les faltaba razón a las autoridades soviéticas. El nacionalismo ruso fue el primero en aparecer en escena en la música europea, de la mano, precisamente, de Glinka, con la obra ya citada de 1836 basada en un asunto del 1600 pero enteramente ruso cuando en el resto de los países europeos habrá que esperar hasta mediados del siglo XIX para que los movimientos nacionalistas comiencen a imponerse.

Mijaíl Glinka (1804 - 1857)
Mijail Glinka, el muchacho que a los trece años fue a estudiar a San Petersburgo para ampliar su experiencia musical es, pues, el padre del nacionalismo musical ruso.
De él beberán más tarde otros connacionales, incluido Tchaikovski y, por cierto, la "banda poderosa" que pasará a la historia bajo la denominación de Grupo de los Cinco, núcleo fundamental del nacionalismo ruso cuya actividad musical, sin embargo, sólo desplegará toda su fuerza algunos años después de muerto Glinka.

Una obra exigua
La obra del compositor no es muy extensa. En palabras de Tchaikovski, "escribió poquísimo" –le cuenta a Nadhezda en 1878. Y no obstante reconocer en Glinka un enorme talento, parece reprocharle su origen de clase cuando agrega ásperamente que "sólo trabajaba como un diletante, a capricho, cuando se sentía con el humor propicio". Aunque más adelante matiza: "No podemos mostrarnos descontentos de Glinka, pero debemos admitir que no cumplió la misión a que su ingenio le había destinado".
Con todo, el éxito de La vida por el zar animó a Glinka a componer otra ópera, Ruslán y Ludmila, aunque de ella solo ha sobrevivido la obertura.

Ruslán y Ludmila - Obertura
Basada en un poema homónimo de Pushkin, la ópera fue compuesta entre 1837 y 1842 y estrenada en San Petersburgo en diciembre de ese último año. La ópera prácticamente no se representa en nuestros días pero su ágil obertura se ha transformado en una de las obras más reconocidas en Occidente. A tal punto, que la sitcom estadounidense Mom la utiliza como singular "cortina musical" entre una y otra peripecia de la familia disfuncional de la que trata, en tono de comedia. Tchaikovski estaría sorprendido; gratamente o no, quién sabe.

La versión es de la Orquesta del Teatro Mariinsky, de San Petersburgo, conducida por Valery Gergiev.



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