miércoles, 6 de noviembre de 2013

Balakirev: "Islamey - fantasía oriental"



Quizá una de las más difíciles piezas escritas para el instrumento, Islamey - Fantasía Oriental es una breve obra para piano compuesta en 1869 por el pianista y compositor ruso Mili Balakirev, líder del célebre Grupo de los Cinco, surgido en Rusia a mediados del siglo XIX para conformar el capítulo ruso de los movimientos nacionalistas que comenzaban a imponerse en la música europea.

Balakirev, orientador
Si bien en cuanto a la proyección de su música fue superado ampliamente por casi todos los restantes miembros (Musorgski, Borodin, Rimski-Kórsakov, con excepción de Cesar Cui, el teórico), Mili Balakirev desempeñó en el grupo el papel de quien imponía las directrices estéticas y nacionalistas, al punto de que, en los orígenes, sus colegas sometían sus obras a la supervisión del intuitivo maestro, cuyos primeros pasos académicos los había dado en la rama de las ciencias.

Balakirev - Rimsky Kórsakov - Cui -
Mussorgski - Borodin
Islamey, la idea
Durante 1862, un joven Balakirev de 25 años, emprendió un largo viaje por las regiones del Cáucaso y Crimea llevando a cabo una ejemplar recopilación de música folklórica. Allí fue donde surgió la idea para la composición de la exuberante y perfectamente acabada Islamey que, en principio iba destinada a ser parte de un poema sinfónico –Tamara– en que por esas fechas trabajaba:
"...la majestuosa belleza de la lujosa naturaleza de allí y la belleza de los habitantes... me causaron una profunda impresión... Como me interesaba en la música vocal de allí, conocí a un príncipe circasiano que... tocaba melodías del folclore local con su instrumento, que era algo parecido a un violín. Una de las melodías, llamada Islamey, una danza, me agradó enormemente, y con vistas al trabajo que tenía en mente sobre Tamara, empecé a adaptarla para piano. El segundo tema me fue comunicado en Moscú por un actor armenio, que vino desde Crimea y es, me aseguró, muy conocido entre los tártaros de Crimea."
Las dificultades
Legendaria por sus enormes dificultades técnicas, Islamey es una pieza que pueden abordar con éxito solo algunos de los grandes virtuosos. Tal es así, que Maurice Ravel señaló alguna vez que su exigente pieza Gaspard de la Nuit la había compuesto, entre otros propósitos, intentando escribir algo más difícil que Islamey. Y el propio Balakirev llegó a confesar que había algunos fragmentos de la pieza "con los que no he podido hacerme".

La pieza
Como ya se dijo, está basada en dos temas folklóricos. El primero es una rápida danza llena de energía con veloces notas repetidas –la recogida en su viaje al Cáucaso–, que gobierna por completo la primera sección de la pieza –y parte de la tercera. Una sección media, en 2:01, introduce una melodía romántica –el tema proveniente de Crimea– que en 3:30 adquirirá mayor vivacidad para retomar hacia 4:08 el tema inicial, que transformado luego en una frenética danza avanzará hacia el cierre de manera espectacular tras una suerte de coda en 5:47.


La versión es del excepcional pianista ruso Boris Berezovsky (quien además es pianista de jazz y, dicho sea de paso, sólo necesita una mano, la izquierda, para tocar el Estudio Revolucionario de Chopin.)

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