miércoles, 27 de septiembre de 2017

Prokofiev: Sinfonía No 1 "Clásica"


En las primeras décadas del siglo veinte, Sergei Prokofiev era ya reconocido como una figura prominente de la música rusa de vanguardia de la época. Sin embargo, para la composición de su Primera Sinfonía eligió adscribir a los moldes clásicos. Más aún, fue el mismo compositor y no algún perspicaz editor quien subtituló la obra con el apodo de "Clásica". Hay quienes dicen que con ello el autor anunciaba, humorísticamente, que la obra llegaría a ser algún día ni más ni menos que un "clásico". Otros, aseguran que con el subtítulo Prokofiev solo quería mofarse de los críticos de la época, pues de seguro los tendría intrigados un buen rato.


EEUU, y el regreso
La época de su composición, 1916-17, encuentra a Prokofiev, de veintitantos, en la Rusia pre-soviética, aunque abandonará San Petersburgo pronto, seis meses después de la revolución bolchevique, con destino a los Estados Unidos. Su compatriota Sergei Rachmaninof ya había partido en la misma dirección y todo parecía indicar que las cosas andaban de maravillas por allá. De maravillas, y algo más, se comportó la vida con Rachmaninof, no así con Prokofiev. El autor regresó a Europa en 1922, y once años después se atrevió a dar el salto a la Rusia estalinista, en compañía de su esposa e hijos. Logró apañárselas (su esposa no tanto, pero esa es otra historia), y allí murió, en Moscú, como artista de la Revolución, en 1953, el mismo día que Stalin.

Sinfonía No 1 opus 25, en Re mayor, "Clásica"
Cualquiera hubiese sido el propósito de Prokofiev, el apodo de "clásica" no le viene nada de mal, aunque esto no debe entenderse en la línea "neoclásica" adoptada en su momento por Stravinski y otros compositores contemporáneos. Más bien, con su sencilla elegancia la obra evoca sin tapujos el espíritu del más puro clasicismo vienés de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, aunque no faltan en ella los sorprendentes saltos tonales y una que otra inesperada disonancia.

Movimientos:
Con todo, desde el punto de vista formal, nada más clásico que su estructura en los cuatro movimientos habituales: rápidos el primero y el último, un segundo movimiento lento y una mozartiana gavotta en el tercero.
00:00  Allegro con brio
04:55  Larghetto
09:05  Gavotta - non troppo allegro
10:51  Finale - molto vivace

La versión es de la agrupación sinfónica hr-Sinfonieorchester – Frankfurt Radio Symphony, conducida por François Leleux.



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2 comentarios :

  1. El director Valery Gergiev parece usar la izquierda para dirigir y su mano derecha para danzar

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  2. Así parece. Gracias, Edgardo, por tu comentario. Saludos.

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